En esta nueva sección, denominada “Valente Solutions”, vamos a contar detalladamente la concepción, el diseño y la realización de algunas soluciones, adoptadas para cumplir las exigencias particulares de nuestros clientes. Hoy, viajamos al sur de Italia y abordamos el tema de la realización de un sistema para Clementinas.
Arrancamos con presupuestos de tipo económico.
Protección del capital invertido
Prácticamente todas las nuevas variedades de clementinas están cubiertas por una patente y, por consiguiente, nuestro cliente ha comprado la planta pagando una regalía, que le autoriza a cultivar esta variedad.
Generalmente, el precio por planta es elevado (suele superar los 10€), por lo que la necesidad primaria es la de proteger el capital invertido contra el granizo u otros eventos atmosféricos.
Entrega asegurada
El cambio en las dinámicas de distribución obliga a las explotaciones agrícolas a tratar directamente con las grandes marcas de la gran distribución organizada, a equiparse con sistemas que garantizan la entrega en cumplimiento de los tiempos y de las cantidades acordados.
Un terreno cubierto permite garantizar una mejor programación de las salidas del producto, sin vacíos por falta de producto. Claramente esto se convierte en una baza importante para el agricultor a la hora de cerrar contratos. Tampoco, hemos de olvidar que los grandes grupos suelen aplicar multas importantes a los que incumplen los plazos de suministro e incluso llegan a no renovar los contratos del año siguiente.
Ahora vamos a pasar a las exigencias de cultivo y a las características técnicas de las soluciones adoptadas.
Sensibilidad al viento y al calor
En general, los cítricos son sensibles a los eventos atmosféricos, y la Clementina no es una excepción.
La planta sufre con un viento demasiado fuerte y con los cambios de temperatura importantes y las altas temperaturas estivales.
Asimismo, en este caso hemos visto que el viento limitaba el crecimiento de la planta, solamente por el lado donde soplaba con mayor intensidad, creando, por consiguiente, un problema de no uniformidad en la ramificación.
Solución
Teniendo en cuenta las problemáticas enumeradas antes, hemos optado por utilizar una malla “Antisol” de sombreo al 30%, que crea un microclima más fresco en verano.
Además, para atajar el problema del viento, que azotaba la planta en los lados (en uno en particular), el sistema se ha cerrado con una malla lateral, la misma de la cobertura que, por el tipo de malla, desarrolla perfectamente también la función de cortaviento.
La malla baja hasta el suelo apoyándola en los cables con ranuras de los anclajes; aproximadamente a 50 cm del suelo se ha situado un cable y las placas se han utilizado para tensarla.
La estructura está realizada con una distancia entre las filas de 5 metros y de 6 metros entre los postes intermedios.
En las cabeceras hemos utilizado los postes HP KLASSIC 8×12, para la fila postes HP KLASSIC 8×8, todos con una altura de 5 m. La malla permanece abierta todo el año y, por consiguiente, la estructura cuenta con un doble anclaje de cabecera y lateral. La estructura se refuerza con el sistema de cables de acero, 2 longitudinales y 2 transversales.
Resultado
Las plantas crecen con mayor rapidez y en un modo uniforme bajo la cobertura.
Se ha observado que, a partir del tercer/cuarto año, la planta produce más y el producto presenta una mayor uniformidad de tamaño. Asimismo, la malla retiene una parte de las partículas finas procedentes de la lluvia, que suelen depositarse en la roseta del producto, que permanece limpio y más apetecible para el consumidor final.
Para concluir, podemos afirmar claramente que una empresa que invierte en este tipo de cobertura tiene la seguridad de vender un producto mejor, con la posibilidad de lograr precios superiores y capturar al consumidor final con un producto más grande, bonito y que se comprará de nuevo.